miércoles, 15 de junio de 2011

Una historia en conservas

La acción de preservar los alimentos de tal forma que mantengan lo mejor posible sus propiedades, lo atribuimos a las conservas alimenticias. Pero sólo hasta el siglo XIX no se realizó un verdadero adelanto en esta materia.


Esta historia tiene lugar durante la entrada de las tropas francesas en Rusia. Dada las grandes distancias que existían entre el frente y las zonas de avituallamiento, como las duras condiciones a las que se enfrentaban las tropas. Napoleón Bonaparte ofreció una recompensa a cualquiera que diera con un método para conservar los alimentos en buenas condiciones, durante largos periodos de tiempo. En 1803, un investigador, llamado Nicolás Alpert, motivado por esta recompensa, descubrió un sistema de conservación de alimentos esterilizados a altas temperaturas y cerrados de forma hermética en envases de cristal.


Los envases de hojalata no se conocieron hasta pasado unos años, concretamente en 1810, cuando el inventor Peter Durand, patento un envase metálico de mayor resistencia, que impedía el deterioro vitamínico causado por la luz.

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