viernes, 8 de julio de 2011

La importancia de la merienda en los niños

La merienda es el aporte nutritivo que necesita un niño, que transcurre entre la comida del mediodía y la cena. Los niños necesitan un reparto uniforme de la energía y de los nutrientes en relación a las actividades diarias que realizan.
Las ventajas de tomar algo a media tarde supone una ventaja nutricional, ya que garantiza el mantenimiento de niveles constantes de glucosa en sangre y evita el consumo de las reservas propias del organismo.
El organismo de un niño no está suficientemente preparado para estar muchas horas sin comer, ya que están en pleno periodo de maduración y desarrollo y gastan muchas energías tanto físicas como psíquicas. Por lo que la merienda es absolutamente necesaria para reponer energías.
Por otra parte, una merienda adecuada ayuda a controlar el sobrepeso, ya que siempre es un recurso eficaz para calmar el apetito y no llegar a la cena con demasiada hambre. Evita "picar" entre horas y da sensación de saciedad.
Las reglas a seguir para tener una buenas merienda son:
-Las cantidades a ingerir no deben ser excesivas para evitar el exceso de calorías o anular el hambre para la cena. Se debe cuidar tanto el tipo de alimentos como la ración de los mismos.
-Evitar que la merienda interfiera en el proceso de digestión de la comida del mediodía. Debe estar lo suficientemente alejada de la misma y no tomarse demasiado tarde para impedir que niño no tenga hambre a la hora de la cena.
¿Qué meriendan los niños en España?
La merienda de los escolares se compone de bocadillo (65 por ciento), bollería (20 por ciento), pan con chocolate (20 por ciento), yogur y fruta (20 por ciento), siendo el 81 por ciento de los niños quienes consumen habitualmente algún tipo de merienda.
Una buena merienda debe incluir leche o derivados, fruta y cereales. Esta ingesta a media tarde puede ser una buena oportunidad de completar las raciones diarias recomendadas de frutas, cereales y lácteos. La merienda debe incluir alimentos variados y ricos en nutrientes.
Una opción saludable puede ser un combinado de alimentos representativos de estos tres grupos, por ejemplo, un vaso de leche acompañado de una fruta o cereales, pan con chocolate y una fruta. O bien, también resulta muy aconsejable tomar un yogur y frutos secos o un bocadillo de jamón o queso.
El pan, las galletas y los cereales en copos ofrecen al niño la energía necesaria para el buen funcionamiento de sus músculos y de su cerebro.
Un vaso de leche (con o sin chocolate en polvo), un yogur natural o de frutas, o un trozo de queso son alimetos ricos en calcio y en proteínas necesarios para su crecimiento.
Una pieza de fruta o un zumo natural de frutas contiene fibra y la cantidad de vitamina C necesaria para reponer su sistema inmunológico, y el agua que necesita para calmar la sed.
Opciones poco saludables para merendar:
Hay que evitar:
- Ofrecer al niño un paquete de galletas para calmar el hambre.
- Permitir que el niño llene su tripita con patatas fritas, cacahuetes, dulces, etc.
- Pensar que con un bollo como los sobaos, donuts, etc, el niño estará alimentado.
- Sustituir los zumos de frutas (porque al niño no le gusta) por bebidas gaseosas.
- Permitir que el niño meriende viendo la televisión o delante del ordenador. Eso le distraerá y creará un mal habito de cara al futuro.



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