El pan, es de forma indiscutible, el alimento más popular en la historia de la humanidad. En cualquier lugar y época de la historia del hombre, podemos encontrar una variedad de dicho alimento.
Se tiene conocimiento de su elaboración y consumo en Egipto, a través de yacimientos arqueológicos. Y en Roma, existían hornos, exclusivamente utilizados para su fabricación.
El ingrediente fundamental de este producto es la harina. Obtenida al moler las semillas de trigo, centeno, cebada... Todo esto es mezclado, básicamente, con agua y sal. Obteniendo así, este popular alimento.
La utilización de levaduras, dependiendo de la época y lugar al que nos remitamos, es un método que consiste en aumentar la densidad de la masa, a través de un proceso químico llamado fermentación, realizado por unos hongos microscópicos, que descomponen los azucares e hidratos de carbono, liberando dióxido de carbono, que quedan atrapadas en la masa húmeda.
La imaginación para incluir nuevos ingredientes a este delicioso alimento, es tan amplia como notoria. Nos podemos encontrar panes con mantequilla, jamón, sésamo, anís, cebolla, ajo, leche, huevos, chorizo, pollo, pescado...
Como se suele decir, para gustos colores. Y en este caso, también panes.
¡Vaya pinta que tienen los pancillos estos. ¡Y yo comiendo ciruelas!!!.
ResponderEliminarla cosa tiene gracia, no digais.