La Melisa officinalis tiene hojas acorazonadas con un fuerte aroma alimonado y puede sustituir a la cáscara de limón en sangrías, estofados y platos de carne y de pescado. Se conserva muy bien seca y sabe muy bien en esta forma mezclando un poquito con el té. Las hojas frescas se ponen picadas en ensalada, tortillas y salsas o para dar sabor a algún postre.
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