Antes de picarlas o comenzar a utilizarlas, mételas en el microondas unos segundos. Después, ya puedes pelarlas. Evitarás las lágrimas.
También puedes pinchar una bolita de miga de pan en la punta del cuchillo.
¿Has tenido que tirarlas porque habían germinado o se habían puesto blandas? Esto no volverá a sucederte, si, al comprarlas, las envuelves en papel de aluminio y las guardas en la nevera.
Para que al freirla te quede dorada, añádele un poquito de azúcar y revuelve.
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